viernes, 25 de enero de 2013

Artículo en El Sol de Puebla

Reconstruir la confianza, base de la lucha anticorrupción

16 de enero de 2013

Dr. José Marún Doger y Corte

Un tema que a todos los mexicanos nos interesa, ocupa y preocupa y que, además, de una u otra forma participamos por contemplación, obra u omisión, es la lucha contra la corrupción.

Corrupto es aquel que actúa violentando los estándares normativos del sistema para favorecer intereses particulares. Pero, ¿Sólo los funcionarios o miembros del gobierno, cometen actos de corrupción? ¿Debemos circunscribir el acto de la corrupción solo a la esfera oficial?

Si entendemos la corrupción como un fenómeno social en donde se busca facilitar recursos, -a través del favor o abuso del poder- para el beneficio personal, podemos encontrar que la corrupción está presente en las aulas, en el sector empresarial, en el deporte, en la política, en la impartición de justicia, en la organización policial, en los medios de comunicación, entre otros muchos más.

Es decir, muchos de los sectores de la sociedad mexicana están contaminados por esta práctica deleznable.

Todos, en algún momento, hemos sabido, contemplado o participado, de algún acto de corrupción.

Pero, ¿Por qué nuestro país pasó en el índice de Percepción de la Corrupción de en los estudios de Transparencia Internacional del lugar 51 en el 2001, al 105 en el 2012, de 176 países evaluados?

¿Qué explica esta delicada situación nacional?

¿Por qué, aunque en épocas atrás los presidentes de la república han reconocido este escenario, no solamente no han podido acabar con ella, sino ni siquiera reducirla drásticamente?

En el pasado reciente, Luis Echeverría Álvarez, José López Portillo, Miguel de la Madrid Hurtado y Carlos Salinas de Gortari enarbolaron en su momento la lucha contra la corrupción. El presidente Ernesto Zedillo propuso la transformación de la vieja Contaduría Mayor de Hacienda en la Auditoría Superior de la Federación.

Esa reforma se distinguió porque, por primera vez, a la par de exigir rendición de cuentas claras a través de un correcto manejo contable, destacan también, los principios de eficiencia, eficacia y pertinencia. Es decir, introdujo, por primera vez en nuestro país, el concepto de Auditoría al Desempeño.

Como resultado de la corrupción, de la impunidad, de la complicidad y de los asesinatos acaecidos en los gobiernos priistas, el Partido Acción Nacional arribó en el año 2000, a la presidencia de la república teniendo como candidato a Vicente Fox Quesada.

Fox, atendiendo al reclamo popular, llegó enarbolando el discurso de sacar de Los Pinos a "las tepocatas y víboras prietas", en una clara alusión a los gobiernos priistas y hacer un gobierno honesto y centrado en el combate abierto y frontal a la corrupción.

Al arribo de Calderón a la presidencia en el 2006, la lucha contra la corrupción se volcó, prácticamente, en un solo frente: la mal llamada "guerra" contra el narco e incluso promulgó el decreto de la Ley Federal Anticorrupción en Contrataciones Públicas, señalando este hecho como "un paso fundamental para erradicar el cáncer social y público".

No obstante, de los 176 países evaluados por Transparencia Internacional ocupamos el nada honroso lugar el 105, a la par que Gambia, Argelia, Armenia y Mali.

Reparando en los resultados obtenidos, podemos afirmar que la distancia entre lo prometido y la realidad, lejos de reducirse, ha tendido a aumentar significativamente.

Mientras se tolere la impunidad en todas sus manifestaciones, la corrupción encontrará el caldo de cultivo perfecto para seguir operando.

Los mejores antídotos -aunque no los únicos- para combatir la corrupción son la transparencia, la rendición de cuentas, además de la irrestricta aplicación de la ley, buscando cotidianamente que contribuyan a ampliar y proteger los Derechos Humanos.

De la inexistencia en la falta de transparencia u opacidad en los tres niveles de gobierno es la mejor vía para propiciar la corrupción.

¿Cómo puede el gobierno generar los cambios necesarios para combatir la corrupción y la impunidad?

El primer elemento es generar confianza. Con confianza es posible transformar todo. La confianza reclama una incorporación cada vez mayor de la sociedad en su conjunto.

Tenemos una clara desconfianza, los mexicanos no confiamos en las instituciones. Según Consulta Mitofsky, el 57% de los mexicanos no confían en los partidos políticos; el 57% no confía en la Cámara de Senadores y el 88% de los mexicanos entrevistados señala que a los legisladores les interesa más promover los intereses de su partido que el de sus representados.

De los encuestados, solo el 45% aprueba la labor del presidente Calderón y un 43%, define como "un fracaso" la estrategia actual para el combate al crimen organizado.

Es decir, después de 12 años de alternancia, los gobiernos panistas no supieron o no pudieron erradicar los vicios que tanto criticaron de los gobiernos priistas.

Entonces, ¿Qué hacer en materia de anticorrupción, transparencia y rendición de cuentas?

El Presidente Enrique Peña Nieto y el Congreso de la Unión tienen que escuchar, tomar en cuenta e incorporar a los mexicanos en busca de soluciones integrales, que busquen, por un lado, responder a los millones de mexicanos que apostaron por Enrique Peña Nieto y el Partido Revolucionario Institucional y, por el otro, recuperar la confianza de otros, muchos más, que votaron por opciones distintas.

Por las consideraciones expuestas, considero que la lucha contra la corrupción, la impunidad y la complicidad no se puede dar con una medida aislada sino con medidas integrales que abarquen reformas constitucionales como las planteadas en el Pacto por México.

Por lo anterior, propongo:

En Educación:

-Incorporar las materias de ética y civismo con énfasis en los valores del ser humano como un ente democrático, independiente, con libertad de creencias
-Incorporar la formación en Derechos Humanos, cultura de preservación del medio ambiente y temas de globalización para crear una cultura internacionalista

En el combate a la corrupción e impunidad:

-Garantizar los derechos humanos de todos los mexicanos independientemente de raza, sexo, creencias, ideología
-Simplificación de impartición de justicia
-Aplicación sin distingos de la ley a ricos y pobres

En materia político-administrativa:

-Nueva Ley de Transparencia que:
-Facilite la homogeneidad de la información y garantice calidad en la información.
-Sea garante de rendición de cuentas y sin costo para los mexicanos para fortalecer el acceso a la información.
-Desarrollar una amplia estrategia de difusión para el acceso a la información.
-Ampliar y fortalecer las facultades de la Auditoría Superior de la Federación otorgándole plena autonomía.

En el combate a la Narco-corrupción:

-Limpiar las corporaciones tanto civiles como militares.
-Crear leyes que permitan la investigación de lavado de dinero.
-Crear la policía financiera que investigue el lavado y blanqueo de dinero.
-Aplicación irrestricta de la ley a políticos y militares coludidos.

Profundizar la Reforma Electoral:

-Eliminar a los diputados y senadores de representación popular.
-Establecer la reelección de Diputados y Senadores.
-Establecer la reelección de los Presidentes Municipales.
-Modificar el 115 Constitucional para hacer responsable al pleno del Cabildo del uso del patrimonio municipal.

Creo firmemente que el primer paso para recuperar al país y dar una lucha frontal contra la corrupción, la impunidad y las complicidades, es recobrar la confianza en las instituciones.

Como señala Peter Drucker: "Las instituciones ya no se fundamentan en el poder, sino en la confianza".

Este es el reto del nuevo gobierno: ganar la confianza, responder a los 20 millones de personas que votaron por la opción PRI-VERDE creando confianza.

Pero no solo eso, es fundamental ganar la confianza de aquellos mexicanos que no creyeron en el proyecto de Enrique Peña Nieto y votaron por otras opciones políticas. Y la mejor manera, es crear transparencia.

Es decir, que el nuevo gobierno hable claro, informe oportuna y verazmente a la población. Que no tenga agendas ocultas ni esconda la información. Y por supuesto, dar resultados. Los resultados tangibles y seguros son la mejor vía para ganar la confianza. Si queremos combatir la corrupción, la impunidad y la complicidad, amén de todas las propuesta señaladas líneas arriba, hay que empezar por casa. Recuperar la confianza de la sociedad para con las instituciones pasa por sustituir la corrupción, la impunidad y la complicidad, por credibilidad, honestidad, por la creación de nuevos valores, por respetar los Derechos Humanos y, sobre todo, por la participación de la sociedad.

Concluyo con un pensamiento de Juan Pablo II:

"La paz verdadera y sólida de las naciones no consiste en la igualdad de las armas sino únicamente en la confianza mutua"

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